2.3. Contrato
Al hilo de la realización de un contrato voy a aprovechar para
intentar limitar unas conductas disruptivas en un entorno determinado de un
alumno diagnosticado de TEA del colegio.
HISTORIAL DE CONDUCTA
Alumno diagnosticado de TEA de 21 años de edad, en integración hasta
los 12 años y después en Centro Específico. Desde el principio de su escolarizacion
en integración presenta conductas agresivas (pellizca, tira del pelo, levanta
la mano, etc.), siendo hoy el momento que, aunque en menor medida, que sigue
reproduciendo esas conductas.
ANTECEDENTES
Alumno con buena salud,
come bien, gran envergadura física. Hijo único. Muy bien cuidado y estimulado.
El padre solo se dedica a su cuidado. Mutismo total, se comunica con signos
(muy pocos) pero lo comprende todo. Las conductas agresivas se producen en
todos los ámbitos (escolar y familiar) y sobre todo con el personal que él más
aprecia.
FUNCIÓN
La finalidad ultima de su
conducta disruptiva es la de tener la atención máxima posible de la persona que
él desea. Un ejemplo, la tutora está hablando con otro alumno y él se acerca y
la pellizca para llamar su atención y acaparárla.
Si no puede pellizcar a la tutora intenta pellizcar al alumno y así
consigue toda la atención del adulto.
CONSECUENCIA
Obtiene lo que quiere, ser el
centro de atención total de la persona que él desea.
CONTRATO
Vamos a aprovechar la total disponibilidad de la familia para realizar
un contrato con el alumno, con el fin de minimizar esas conductas cuando realizamos
la salida semanal a la ciudad más
cercana del Colegio en el autobús
urbano.
OBJETIVO DEL CONTRATO
Que el alumno vaya en el autobús urbano lo mas tranquilo posible y
permita que se siente a su lado algún compañero/a o profesor/a sin pellizcarle
o empujarle (incluido la tutora).
Que vaya hasta el edificio de la piscina donde el va con su familia y mirar
por los cristales un rato.
PREMISAS
Al alumno le gusta mucho ir a su ciudad con sus compañeros y
profesores que es donde vive. Se pasa toda la semana signando el signo del
autobús, sin embargo montarse, bajarse y estar dentro sentado le genera una
ansiedad grandísima que lleva a la agresion.
Los padres llevaban al alumno 2 o 3 veces a la semana a la piscina, pero
ahora les cuesta cada vez más llevarle solo una (los domingos), así que les
interesa mucho que su hijo no pierda la costumbre.
A nuestro alumno le encantan las patatas fritas de bolsa que van a ser
una de nuestras recompensas.
La otra será el reconocimiento de sus profesores y familia de la
mejora de su comportamiento, que también tiene mucha importancia para él.
Ya tenemos la estrategia de
primero A (lo que me cuesta esfuerzo) ir lo mas tranquilo posible en el autobús
y mirar la piscina y después B ( la gratificación) que es la bolsa de patatas y
el reconocimiento de que se ha portado bien.
¿Cómo realizamos el contrato? Funcionamiento
Aunque la representación en el blog se va a hacer con pictos, la idea
en la realidad es hacerlo con fotos del alumno.
¿Qué fotos necesitamos?
- Foto esperando el autobús
- Foto subiendo al autobús
- Foto sentado con un compañero o profesor tranquilamente (sin empujarle, etc)
- Foto mirando al interior de la piscina
- Foto sentado en la terraza con sus compañeros comiendo sus patatas fritas y su refresco
- Igual que la anterior pero sin patatas fritas
- Foto del tutor/a con rostro contento y otro triste.
¿Cómo lo hacemos?
La familia el miércoles por la noche le presenta las fotos y se las
comenta (sube tranquilo, no pellizques, vas hasta la piscina y miras a la gente
que se baña, etc) y si haces las cosas bien tendrás la bolsa de patatas fritas
y estaremos todos contentos.
El jueves por la mañana, ya en el cole, se le recuerda “el contrato” y
se actúa en consecuencia de su comportamiento.
El alumno siempre va acompañado por dos profesores/as que son los que
valoran como ha sido su comportamiento durante la actividad, ya que a veces la
percepción no es siempre la misma. Se presentan tres situaciones:
Si el comportamiento ha sido bueno recibe el refuerzo (la bolsa de
patatas). Cuando el padre viene a buscarle el alumno le da la foto de la tutora
sonriente y se le alaba en ese momento.
Si ha habido momentos de tensión (pellizcos, empujones, etc) se
valorará si recibe las paratas. El refresco se da siempre para que socialice en
la mesa y no se sienta aislado. Cuando viene el padre se le indica en que
momentos ha habido conflictos para que él también lo trabaje en casa. No se le
enseña ni la cara sonriente ni triste.
Si el comportamiento ha sido malo, no recibe recompensa, el alumno
lleva la cara triste de la tutora al padre.
Conclusiones
Se llevará un registro de en qué partes de la actividad presenta más
ha menudo conductas disruptivas, si al subir al autobús, al mirar la piscina
etc., para trabajarlos especialmente.
Sabemos que con este contrato, no vamos a eliminar todas las conductas
disruptivas, pero si esperamos poder atenuarlas y generalizarlo a otras actividades que le
generan al alumno una gran ansiedad.
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